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Antes de empezar a trabajar en una empresa es importante que revises todos los aspectos de la oferta laboral para no tener malentendidos en el futuro, recuerda que después de firmado el contrato no podrás modificarlo fácilmente.
Si estás pensando en cambiar de trabajo intenta que tu nuevo sueldo sea entre 10 % y 30 % mayor al que tienes ahora. Además, ten en cuenta ingresos extra como primas vacacionales, bonos, entre otros. Suma todos los valores y crea un presupuesto anual, así sabrás si vale la pena cambiar de trabajo para mejorar tu economía.
Si no tienes un sueldo base para hacer la comparación, haz cuentas de lo que gastaste en educación y a eso súmale tus gastos personales y familiares. Con el resultado sabrás el sueldo promedio al que debes aspirar.
Otra opción es buscar ofertas laborales similares a la que estás aplicando y revisar los sueldos que ofrecen en ellas. Compara los valores con lo que actualmente están ofreciendo y lo que consideras que debes ganar para llegar con una propuesta clara.
En ambos casos, sé flexible. Si vas con una oferta y te ofrecen menos no te niegues a negociar, ya que quizás ganes menos de lo esperado, pero los beneficios para tu calidad de vida sean mejores.
Pregunta por tu hora de entrada y salida, aunque parezca un detalle de poco peso, es importante dejarlo claro para no llevarse sorpresas si tus turnos llegan a ser más largos de lo normal o si hay fines de semana en los que debes estar disponible.
En caso de que tu contrato incluya horas extra o turnos nocturnos pon el tema sobre la mesa y pregunta, antes de firmar, qué pago recibirás por estos horarios.
Si estás en más de un proceso de selección, tienes otro trabajo o por algún motivo no puedes ingresar inmediatamente a trabajar, lo mejor es que dejes claro este aspecto y negocies cuándo podrías iniciar labores. También en caso de que el inicio de trabajo sea muy lejos y necesites empezar a trabajar de una vez, mira qué posibilidades hay de una modificación de fecha.
En ocasiones el lugar donde se realizó el proceso de selección es distinto a tu futuro espacio de trabajo. Después de confirmar esta información, analiza la distancia desde tu casa hasta el trabajo y evalúa si vale la pena aceptar la oferta. Además, si el empleo que te ofrecen es en otra ciudad y debes mudarte, pregunta si habrá o no un reembolso por el traslado.
Otra alternativa que puedes negociar es la de un horario híbrido o flexible, es decir, en el que puedas escoger unos días para ir a la oficina y otros para teletrabajar desde casa, así mantienes un equilibrio y te ahorras en gastos de transporte al no tener que trasladarte todos los días.
Si aún no tienes muy claros los tipos de contratos, en la siguiente página te los explicamos.
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