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Aunque consideres que puede mejorar tu desempeño laboral, ¿sabías que también puede hacerte menos productivo?
Ser perfeccionista significa que gastas demasiado tiempo tratando de realizar bien una tarea, lo que podría ser contraproducente porque, además de afectar tu proceso creativo, te llevaría a descuidar otros deberes.
Una buena solución es establecer un plazo límite para cada proyecto y ajustarte a este, en lugar de trabajar en algo hasta que sea perfecto.
Por otra parte, como perfeccionista podrías considerar que tus compañeros no harían el trabajo tan bien como tú. Esto, además de producirles una sensación de desconfianza, te dejaría con una carga laboral mayor de la que puedes manejar.
Si este es el caso, intenta delegar tareas a otros cuando sea apropiado. Recuerda que existen muchas formas correctas de solucionar un problema y no solo como tú lo harías.
Puede ser difícil cambiar estos hábitos, pero evitar el perfeccionismo puede llevarte a incrementar tu productividad y mejorar la relación con las personas con quienes trabajas.
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